Friday, January 19, 2007

Después de la revolución

La revolución no la viví, cuando empecé a tener uso de razón esta había pasado, los cambios se habían generado y no tuve tiempo de dilucidar si estaba de acuerdo o de que bando formaba parte, simplemente fui arrastrado y ante el evidente desconocimiento de los hechos no me importó demasiado. Claro, tenía dos años al momento de su llegada y cuando mi pensamiento se hacia algo independiente la revolución del 52’ vivía ya como diez años, podría decir que éramos contemporáneos, que crecimos juntos, pero nunca la conocí bien ni me importó conocerla, aunque la gente no se cansaba de decirme que fui un hijo de ella y que nací libre gracias a ella y en un país mejor. Yo sólo tuve una madre y fue la que me concibió, no se de que parte estuvo ella en el cambio político histórico, pero se que nada tuvo que ver la revolución en que yo naciera y mucho menos fui su hijo.
Creo que nací apresuradamente, es decir antes de lo que realmente debería hacerlo, pienso que me hubiera gustado nacer a mediados de los ochenta y enfrentar el nuevo milenio joven, lleno de energía, entendiendo sin complicaciones esto del “internet”, del “chat” y todos los adelantos tecnológicos o, talvez no hubiera estado mal nacer en los cuarenta, diez años antes, así la llegada del “flower power” me encontraba en plena desbordante juventud y simplemente me subía al tren para de fragmentarme en los colores de sus ideas, formas y retos, me hubiera gustado ser "hippie" y recorrer el mundo, acercarme más a las personas, romper mis miedos y barreras, soltarme la mano y volar.
Mi niñez y juventud fueron rigurosas, con muy poca ambición y libertad, siempre al cuidado de mi madre con sus reglas verticales y su excesivo cuidado, decía que yo era muy inocente y que debía ser muy cauto sobre la gente, que todo era muy venenoso para mi alma, que la gente solo pretendería aprovecharse de mi. Ella era así, muy desconfiada, huraña, poco sociable pero vivaz como un áspid.
Pienso en mi vida, miro en retrospectiva y veo que casi no tuve amigos. Estudie en un colegio católico de hombres, doce años casi con los mismos compañeros, yo era callado y nada popular, me decían “el mudo”, supongo que porque no hablaba mucho, porque yo si sabía hablar. Muchos de mis compañeros me provocaban, trataban de humillarme y querían aprovecharse de mí pensando que era débil, pero yo recordaba bien los consejos de mamá y no dejaba que lo hicieran, por alguna razón resulte muy bueno para las peleas y después de algunos encuentros en los que salí victorioso y con superioridad dejaron de acosarme y me cambiaron el apodo por el de “el mula”. Santiago tenía mucho dinero, aunque era enfermizo y muchas veces se las pasaba en la clínica, por tal razón el resto abusaba de el y porque le decían que era un hijito de papá, ya que siempre los padres estuvieron en un lindo auto para buscarlo al finalizar las clases sin faltar ni un día, igual que mi madre a mi, en eso éramos similares. Creo que se hizo mi amigo, más que por intereses comunes, porque el necesitaba protección y como yo era bueno para los golpes al andar conmigo dejaron de molestarlo, desde esas veces nos pusieron un apodo a los dos “los borreguitos”.
Ingresé a la universidad y tras dos años la dejé, mamá dijo que tenía que trabajar porque la plata no alcanzaba y la pensión que ella recibía era insuficiente, me consiguió un puesto en la administración pública lugar en que abandoné mis años. Ahora tengo casi cincuenta y siete, ya debía jubilarme, pero debo esperar hasta mis sesenta y cinco por una dichosa nueva ley de pensiones fruto de los capos del partido que planearon la revolución del 52’, que dicho sea de paso, recuerdo, me dijeron que fui resultado de ese tiempo y de ese proceso un hijo de la revolución, así me decían, qué hijo ni que nada pienso yo.
Mis recuerdos de ella son varios, muchos en realidad, prácticamente toda una vida, creo que cuando la conocí bien yo era muy inocente aún por eso no alcance a percibir su ruindad, su egoísmo, si, creo que a pesar de su entrega incondicional, de su dedicación y aparente amor, solo se quedó conmigo por puro interés, por mantenerme manipulado y a su servicio.
Fue la primera que conocí y nunca quiso irse, talvez por la debilidad de mi carácter, por la incapacidad de expresar claramente mis deseos, por el hermetismo sepulcral a manifestar una opinión diferente a la suya o a la de cualquiera, porque me tenía absolutamente dominado y sujeto a su voluntad, yo fui, soy un títere en sus manos, uno patético y solitario a pesar de que ella esta junto a mi. Nunca quiso trabajar, me decía que esa era mi función, que ella debía quedarse en la casa y cuidar el hogar, que para eso yo soy un hombre, aunque en otras circunstancias no me consideraba un hombre, sino un niño apenas.
No entiendo porque nunca tuve el valor de irme, de divorciar mi alma de ella, de dejarla, huir y rehacer mi vida, de tener una vida en realidad. No, no tuve la fuerza, ni la decisión, ni la voluntad, no tuve el amor propio suficiente para alejarme y no dejar que me emponzoñara los días. Yo la amaba, pensé que era bueno estar con ella dedicarle mis esfuerzos, estar atento a sus deseos, protegerla y seguir siendo una familia, pero descubrí que su amor era enfermizo, absolutamente absorbente y unilateral, solo importaba lo que ella quería, asumía que lo que estaba bien para ella, también lo estaba para mi.
Los recuerdos y mi unión con ella son saetas afiladas que me vienen de todo lado, un escozor de herida abierta me hacer verter lágrimas mientras pienso en esta banca de la plaza en como voy a matarla. Pienso que talvez podría ahorcarla, así yo y mi satisfacción sería lo último que sus ojos moribundos verían, pero no podría hacerlo, siempre me gustaron sus ojos entre miel y jade, un color maravilloso, también me gustaban sus manos con sus dedos largos y delgados como las de una pianista de cera. Podría pasarle una soga por el cuello y sujetarla a una viga del techo y ver como sus pies bailan los pasos de la muerte en un incesante pataleo, pero no, las marcas arruinarían el cuello sedoso, blanco, largo y firme a pesar de los años, su cuello desafiante no merece ser tratado así. Un disparo en el pecho o la cabeza, pero carezco de un arma y carezco de la valentía de comprar una y menos dispararla. Ya se, raticida, eso estaría bien, puedo comprarlo sin complicaciones y nadie te interroga su compra. Ya esta decidido, así lo haré y después me entregaré a la policía.
El día brillaba, pero en mis ojos solo habían nubarrones. Llegué a casa después del trabajo, cenamos, hablamos e hicimos planes, el siseo de su voz se me hacia malévolo, como una serpiente arrastrándose y me dio mucho asco, asco por su soberbia y porque pensaba que seguiría gobernando mi vida, yo asentía a todo. Preparé el veneno en una dosis mas alta de lo que un humano podría soportar en un termo de mate que siempre bebía en el transcurso de la noche cuando la garganta se le ponía seca.
Dos días después tras ordenar algunas cosas de mi vida, me presente a un recinto policial para denunciar el asesinato de mi madre. Decidí entregarme y pasar mis últimos años en prisión, por primera vez había hecho algo que yo planeé, decidí y consumé, no fue algún mandado u orden de ella, sino algo que hice por mi mismo. Yo la amé demasiado, pero no pude soportar su amor.
Se preguntarán donde y como estoy, aliviado, así me siento, extrañamente feliz, tengo setenta y seis años, no, no estoy en la cárcel sino en un asilo, tengo algunos amigos y una casi novia, primera mujer después de mi madre, ahora que el tiempo se acaba, pero no importa. Vendí todas mis pertenencias hace un año e ingresé a este lugar.
Cuando me entregué a la policía me detuvieron, confesé y veinticuatro horas después me pusieron en libertad, el fiscal dijo que nuestro código no aceptaba la confesión de algún delito, es decir que nadie puede declarar contra si mismo, si, esa era la figura, salí libre. Se hicieron investigaciones, se tomaron declaraciones de posibles testigos, vecinos, ellos dijeron que yo era incapaz de hacer algo semejante, que mi madre era lo único que yo tenía, además que no podría haber ejecutado algo en apariencia muy bien hecho, ya que según todos los que nos conocían yo padecía de cierto retardo mental, me consideraban así por ser muy tímido, reservado y callado. Se hizo un juicio algo largo y como los investigadores nunca hallaron pruebas concluyentes, me declararon inocente del cargo del asesinato de mi madre.

15 Comments:

Blogger rondeldia said...

jua, jua, jua, no me lo esperaba a pesar de haber predefinido el perfil psicologico de este sujeto durante la lectura ... (que chacra no?)

muy rico relato, se deja leer y sorprende "agradablemente" al final, por doble partida, el mudo se volvió mula por última vez...

saludos,

r

4:07 PM  
Blogger Sakura said...

Qué buen texto!!!, fácil de leer, los personajes muy bien definidos... y como siempre "el mayor domo es el asesino" jejeje

Saludos =)

3:07 PM  
Blogger Sakura said...

por cierto... sobre las tellas del partido... creo que las tellas deberíamos pagar TODOS, tanto bolis como tigritos... ya que el partido ni siquiera debió efectuarse por semejantes hechos... toda una vergüenza para el arbitraje!

Así que si no se corren paguemos todos!!! =D

6:05 PM  
Blogger Vania B. said...

Y tantos años tardó el "mudo" en hacer su revolución! En fin, hay amores que asfixian.

Buen relato. Saludos.

3:59 AM  
Blogger rondeldia said...

VIVA MI TIGRE CAMPEON!!!

VIVA MI TIGRE CAMPEON !!!

12:21 PM  
Blogger Gamez said...

Pues que chacra señor Rondeldia piscólogo, debiste intuirlo, ya qye el personaje se define claramente y cuenta todo desde su lenguaje peculiar, carente de mayores emociones. Sakura, Capsula, que bueno que les gustó y Sakura no te hagas...deben una tella y no hay por donde, ya que mi TIGRE les dió hasta por donde no debían, ya haré las cróonicas de un domingo de goleada....asi que ahoraaaa a pagarrrrrrr.

12:44 PM  
Blogger Unknown said...

Como diría Le Luthier, yo que algo se de psicología puede decir que el Ronald para leer y entender cuentos es maloooooooo, pero maloooooooo
Buen relato me gusto, buen giro de tuerca che al final, estas practicando, estas practicando maurito

1:24 PM  
Blogger Sakura said...

jajajajajaja... bueno, no nos hagamos, habrá que pagar las botellas, sólo para que no digan que faltamos a nuestra palabra.... sin embargo, no se acostumbren porque en la Libertadores ustedes nos pagarán la deuda!!! =D

6:01 AM  
Blogger Unknown said...

encuentro imagenes de Kundera en tu texto. Disfruté la lectura

10:44 AM  
Blogger Estido said...

La historia es buena, viejo. Trabajaste bien la trama, pero discrepo con los demás en lo que respecta a la psicología del personaje; me parece que fuiste tacaño con las palabras. Me explico: desde que entra a trabajar como empleado público, hasta que tiene la intención fallida de jubilarse, hay un vacío en la vida del personaje (vacío narrativo). Técnicamente, esto se conoce como elipsis, y sirve para crear suspenso o intriga, o simplemente para obviar detalles que no hacen falta al relato. En este caso, creo que la elipsis es demasiado grande; el narrador/personaje acelera innecesariamente la historia para llevarla al desenlace. Una decisión tan jodida (matar a su madre), que es tomada cuando la tensión amor-odio alcanza el límite, podría haber sido “justificada” narrando episodios cotidianos de esa, cuasi incestuosa, relación materno-filial.
En fin, es sólo una percepción subjetiva, pero en buena onda, tú sabes.
Un abrazo atigrado.

7:58 PM  
Blogger Estido said...

PD: Tienes que revisar, y mucho, la acentuación y la puntuación. (no puedo con mi carácter)

8:00 PM  
Blogger Gamez said...

Yaaaa...don Estido, bueno mire ud. no fui tacaño con las palabras exactamente, más bien fue una cosa intencional que va con la parquedad del personaje...entiendo lo del vacio narrativo y el salto en el tiempo y sobre una decisión tan jodida,como el de despacharse a la madre. Entiendo sus cuestionamientos literarios y quizás hasta cierto punto estoy de auerdo y pude alargar mas y darle más intensidad justamente en lo observado, pero decidí cortarlo friamente como fría es la decisión del personaje, así como quien decide por igual tomar un helado y matar a alguien. NO se si me explico. POr otro lado lo de la puntuación y acentuación, sí, me declaro culpable, porque nunca reviso el texto después de terminarlo, simplemente lo lanzo y punto y eso es un error, lo admito, odio revisar y se que es aprte fundamental de el hecho de escribir...me ire volviendo más metódico en ese aspecto....promesa de TIGRE CAMPEON!!!

12:12 PM  
Blogger rondeldia said...

no concuerdo con la elipsis... más bien creo que el vacío qeu queda deja mucho que pensar, asi uedes sentenciar que el tipo tuvo una relación cuasi carnal (por no ser más cochinos) con su madre... o simplemente fue una relación mental basada en el sojuzgamiento qeu hacía la doñita en cuestión...

jiji

me divierto haciendo estos comentarios, que de verdad los pienso... nomás lo hice para que el ganja vea que SI SOY BUENO PARA LEER CUENTOS... pero cuando se entienden pues... no esos semi confusos que te gusta publicar a veces... jiij

(me pase de cabrón jaja)

un abrazo a todos...

r

3:49 PM  
Anonymous Anonymous said...

Me ha gustado el cuento, nada más que eso de matar a tu madre, Coño! joder! como se te ocurre semejante cosa mi hermano, sólo en una mente cochambrosa puede nacer algo así.
Saludos

1:15 PM  
Blogger Gamez said...

Juejueeeje Don perro, nada de mente cochambrosa...pero te acuerdas de "The end"? que habla de matar al viejo y joderse a la madre, un tema nada atípico creo, solo una cuestión de ficción, desviandno la atención hacia una mujer que al final resulta ser una cuestión medio enferma y con una figura legal que zafa todo...che perrrito cuando nos pagaran la tella que nos deben por el triunfo inobjetable del poderoso TIGRE CAMPEON???

7:55 AM  

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