Wednesday, May 09, 2007

X

La escarcha en tu frente se quiebra
como las alas secas de una mariposa,
como mi angustia sostenida del farol amarillo y reseco,
del pendulo macizo de tristeza,
del pendulo endeble de coraje
que es tu carne en desesperación vertical con las sombras,
que es mi grito regurgitado de un chacal en llamas.
La escarcha en tu frente se diluye
como el hielo alto de la montaña
como la esperanza enlutada en el crepúsculo
como el silencio aguijoneado por la tempestad azul
como mi fe, que hace trapecio con telarañas de claridad.
Tu grito reverbera en el ojo muerto de un ciego
el frío, tan tuyo, se regodea en la fragancia del abandono.
Reniego de esta muerte,
increpo a las aldabas oxidadas por atarme
en la verdosa fraternidad del desperdicio,
en el lúgubre hato famélico descuartizado.
increpo a la yerba y al musgo,
a las piedras impasibles que etiquetan tu rigidez
y a tu rigidez que no va con mi pulso.